Hulas!
Peeeero, al llegar a casa había que pensar la comida para el día siguiente (fallo de los viajes :D). Y aprovechar lo que ha quedado por la nevera... Y por qué no, un plato de pasta siempre es apetecible! El toque de dátiles con el brécol ya lo había preparado antes, y vale la pena...
Un puñado de piñones
Un puñado de dátiles
Pasta al gusto: en mi caso, nidos al huevo
Aceite, salPreparación
Limpiar los tallos del brécol y trocear. Poner a cocer en agua hirviendo unos 15 minutos o hasta que al pinchar los tallos estén hechos.
Mientras, deshuesar los dátiles e ir picándolos en trozos pequeños, así como los piñones.
Ir preparando la pasta: agua, sal, chisco de aceite y el tiempo necesario para que quede al dente (los nidos que yo hice, 5 minutos).
Poner una sartén con un buen chorro de aceite y en él dorar los piñones y los dátiles. Cuando los piñones cojan un poco de color, echar el brécol cocido y rehogar.
3 comentarios:
Hola Lucía, que lindo viaje debes haber hecho. A mi me han dicho lo mismo de San Sabastián y no he podido ir aún.
Tu pasta se ve muy rica, pero jamás he mezclado dátiles con brecol y me apetece mucho.
Gracias por tu idea, besos.
Qué ganas tengo de conocer Donosti, además con lo bien que se come allí,je,je.
La pasta que nos traes tiene aspecto de saber a gloria y esos pinchitos, ummmm.
un biquiño
Hola, Kako! Ya me contarás qué tal los dátiles con brécol, espero que te gusten!
Hola, Pilar: la verdad es que a los gallegos se nos coge por el estómago...
Un beso!
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