Si hay una historia, debería haber comida...
El búnker estaba extrañamente silencioso... Apenas sí había una luz (acababa de encenderla) y hacía frío. Está claro que ya estábamos entrando en invierno. Lo que no entendía es dónde estaba todo el mundo - los que quedábamos - y si había llegado muy pronto. "¿Me fui a casa?", pensé. "Definitivamente, creo que paso demasiadas horas aquí dentro". Sé que a veces es difícil respirar fuera, pero estar en casa es relajante, creo, aunque no me acuerdo muy bien de por qué. Prefería sentirme a gusto y tranquila allí, sentada o caminando, pero viendo las paredes grises oscuras sin pintar, tan familiares y acogedoras.
Había algo raro que justificaba el tupper que llevaba. Conseguí calentarlo, en ese microondas cutre que me había agenciado hacía tiempo, y me senté, apoyando las piernas sobre otra banqueta. ¿Por qué no llegaba nadie? Era inquietante, silencioso y humeante... al menos el chile que empecé a comer. Y en una esquina volví a ver la araña de siempre, pateando mientras exploraba la que era ya su casa. ¿A las arañas no les afecta la radiación, no eran las cucarachas? Pero sólo tenemos arañas en el búnker, y no molestan.
Lo que sí molesta es esa maldita alarma; no era el micro, pensé, mientras seguí comiendo (caliente, picante, pero suave de textura...). Habrá pasado algo? Una fuga? Pero dónde se habrá metido todo el mundo...
HEMOS PASADO HALLOWEEN!!!! Y el año pasado tomé prestada esta pedazo receta de Arantza; triunfó en casa, y hubo que repetirla! Para pasar miedo, al menos mi estómago, que hoy se queja amenazante para el resto de la semana... Pero ha valido la pena! Ella puso que era chile letal, yo lo dejaré en mortal de necesidad...
CHILE CON CARNE
Ingredientes
500 g ternera picada
1 rama de apio picada
3 cebollas pequeñas picadas finas
10 dientes de ajo
1 lata grande de tomate troceado en conserva
5 cucharadas grandes de tomate triturado
200 g de alubias negras cocidas (las cocí con un ajo y un trozo de cebolla). En la receta original, una lata de frijoles negros en su jugo, pero yo era lo que tenía en casa...
3 chipotles en conserva + 2 cucharadas de su jugo (los chipotles, que desconocía, los encontré sin problemas en el supermercado)
1/2 chile rojo picado (vaaaale, yo puse 1/3; la vez anterior casi no lo puedo comer).
1/2 chile verde picado
2 cucharadas grandes de cacao en polvo, sin azúcar
2 cucharadas pequeñas de canela
2 cucharadas pequeñas de comino molido
pimienta negra, sal
cilantro fresco picado (o congelado ;D, como no siempre lo consigo lo tengo en el congelador, junto con albahaca fresca)
aceite de oliva
Antes de todo yo cogería una buena cuchara de madera... La gracia de este chile es ir removiendo, en una cazuela alta, durante el proceso, y disfrutar la mezcla de olores! O sentirse bruja por un día y remover, remover...
En la cazuela echar un buen chorro de aceite de oliva; una vez caliente, añadir la cebolla, el ajo y el apio bien picados (con la batidora siempre se apura). Cuando estén blandos, casi hechos, añadir los chiles, los chipotles, el comino, la canela y mezclar bien. Añadir la carne, que se vaya dorando. Una vez dorada, echar el tomate troceado y triturado, remover, y por último, las alubias/frijoles, con el líquido en el que se coció, y el jugo de los chipotles.
Mezclar bien, salpimentar y añadir el cilantro (cuando más, mejor, siempre lo digo... me chifla el cilantro). A fuego fuerte, dejar que hierva y añadir el cacao. Mezclar bien y bajar el fuego; que borbotee, a fuego suave, entre 30 y 45 min (yo lo dejé los 45 minutos).
Arantza propone acompañarlo de nachos, guacamole y crema agria... En casa lo acompañamos con unas tortitas, suficiente. Sobre todo teniendo en cuenta la cantidad que nos zampamos...
Es un plato contundente, con mucho sabor, no demasiado especiado (siempre hay gente que le tiene miedo a las especias). El toque del cacao, impresionante: queda aciertopelado, digo, aterciopelado (la RAE y yo últimamente tenemos una relación estrecha). Vamos, para repetir de nuevo, y supongo que antes de un año!
Un bico a todos!
4 comentarios:
Hola!
con lo bueno que está nunca hay suficiente en el bol... riquísimo!!!
Y bueno... cualquiera que, al entrar en la cocina, te viera con esa sonrisa de disfrutar con la cazuela y la cuchara de madera vería una "meiga".
Desde luego no se puede esperar un año a repetirlo.
Besos
Que buena receta y que buena foto!!....la hace tentadora!!.....Abrazotes, Marcela
Muy rico, si señor! Me apunto la receta!
A mi me apetece tanto con sólo ver la foto, que delicia, pero creo que es demasiado contundente y seguramente no me lo podría comer todo.
Un beso.
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